martes, 7 de junio de 2011

EXIJAMOS RESPONSABILIDADES

Hoy ha salido en prensa el enjuiciamiento al que se va a someter al ex primer ministro de Islandia por su actuación ante la crisis financiera de 2008, actuación que como la del resto de políticos, ministros de economía y asesores a dedo, no sirvió para evitar la crisis financiera mundial conduciendo al hundimiento global de la banca , banca que era valorada con triple A (la máxima nota posible) por las agencias de calificación más importantes.

Visto lo visto y sufriendo ahora el mayor ataque conocido contra los servicios públicos, las condiciones laborales o el cálculo de nuestras pensiones, no parecería desmesurado iniciar acciones judiciales contra todos aquellos que han estado desoyendo las miles de voces, informes económicos y estudios de toda índole que advertían de las consecuencias que tendrían las maniobras de ingeniería financiera que se estaban fraguando tanto en Wall Street como en el resto de bolsas mundiales. Personalmente, sin ser economista ni mucho menos, he podido acceder a artículos y estudios que vaticinaban estos hechos desde 2002 (los hay anteriores) y repasando las publicaciones solamente de ATTAC España, por poner un ejemplo, se puede comprobar como no había que ser adivino para predecir la catástrofe actual, sólo hacía falta un poco de sentido común. Si un político o un director de un banco, expertos en estas materias y ostentadores de los puestos de máxima responsabilidad en ellos, han cometido errores que han desembocado en la ruina del sistema financiero y además este hecho se está utilizando para desmantelar las pocas conquistas sociales que la ciudadanía tras años de lucha ha ido consiguiendo, no parece descabellado que se les pidan responsabilidades. Si mantenemos un sistema que cuesta miles de millones de euros depositando funciones en manos de expertos que cobran por hacer un trabajo, sería lógico pensar que si su ignorancia, incompetencia, ambición o directamente su ánimo de enriquecerse a costa de la miseria ajena supusiesen, ahora que han quedado claros los efectos de sus errores, su enjuiciamiento. Tampoco hace falta ser experto en derecho para saber que cuando uno provoca un daño, aunque sea sin voluntad de provocarlo, está obligado a su reparación e incluso puede ser privado de libertad si ese daño es de grandes dimensiones. En el caso de otro tipo de empresas nadie se lo cuestiona y ejemplos hay miles. Uno actual, BP inunda el mar con 5000 barriles de petróleo y ha sido condenada (la condena ha sido bastante ridícula) por daños al medio ambiente. Los bancos hunden con sus operaciones el sistema financiero mundial mientras los políticos miran para otro lado y ¿no hacemos lo mismo?

Desde aquí me gustaría animar a todas las comisiones legales de las acampadas a estudiar la posibilidad de denunciar a todos y cada uno de los responsables políticos y económicos que en el ámbito nacional (inicialmente) puedan ser considerados culpables (supongo que aquí debo poner presuntos) de no evaluar convenientemente el riesgo que implicaban sus acciones basándonos en el principio antes mencionado de reparación del daño. Por poner un ejemplo simple, un conductor que involuntariamente causa daños sobre personas y bienes, aunque se pruebe su nula intencionalidad, es obligado a reparar dichos daños… Lanzo por tanto la pregunta, ¿no es por tanto posible bajo el derecho español exigir dichas responsabilidades a los que debían proteger nuestros intereses y no supieron o quisieron hacerlo?

2 comentarios:

Paco10 dijo...

Digan lo que digan las leyes, alguien debería tomar medidas y por lo menos dictar las que sean precisas para que no vuelva a pasar. ¿Pero realmente está todo el mundo convencido de que la crisis la han provocado los mercados financieros y sucedáneos?. Da la impresión a veces de que se piensa más en el Gobernante próximo, que en los auténticos culpables de cuello blanco. Somos asi de tontos.

Jorge Díez Urrea dijo...

Pues totalmente de acuerdo, el problema es que nuestros gobernantes parecen los "guardaespaldas" de los mercados financieros más que nuestros representantes.